ADVERTENCIA: Esta crónica, como es obvio, contiene importantes SPOILERS sobre la campaña que narra, así que nadie que pretenda jugar Rise of Runelords debería leerla. Si ya estas jugando la campaña y has superado la parte de las Mazmorras de la Ira pero no has llegado aun a Thisletop no deberías tener problema con lo que leas.
Del diario de Talitha Symarast
5 de Lamashan del 4707 CA
Escribo desde las catacumbas, una crónica rápida antes de que se me olviden los detalles de lo que acabamos de vivir aquí.
Hoy hemos despertado muy doloridos, pero las artes curativas del padre Zanthus habían dado resultado: al menos volvíamos a sentirnos personas. Incluso Min tenía buen aspecto, y eso que trajimos a la pobre más muerta que viva.
Eso sí, hemos tardado en ponernos en movimiento. Tan pronto como salimos de nuestras habitaciones, padre nos estaba esperando, preocupado. Ha costado un rato tranquilizarle respecto a nuestra salud, y luego hemos estado cotilleando en el desayuno. Y es que el sheriff ha vuelto, con las manos vacías. Bueno, no exactamente vacías, pero doce soldados bisoños no es mucho mejor que nada. No con la perspectiva de una invasión goblin en puertas dirigida por una fanática religiosa chiflada por la diosa de los monstruos. Dioses, ¿quién dijo que Cala Arenosa era un pueblo donde nunca pasaba nada interesante? ¿Quién?
Pero aparte de noticias de cierta agitación en la capital, y la opinión del padre Zanthus de que el impío estanque crea-monstruos no era de origen divino, poco más sacamos en claro. Que tendríamos que apañárnoslas solos era algo que yo tenía claro desde antes incluso que el sheriff partiera hacia Magnimar. Los burócratas son todos así. El sheriff me regañó cuando expuse mi opinión en su día, pero hoy se ha visto confirmada.
Hablando del estanque… si no es de origen clerical… ¿arcano y thassiloniano, pues? Con extraños juguetes jugaba la Señora de las Runas Azlanist… Realmente me hubiera gustado indagar sobre ello; pero mis compañeros ni quisieron oír hablar sobre ir a visitar a ese experto thassiloniano que dicen que se ha asentado en el pueblo. Tenían demasiada prisa por bajar de nuevo a esas malditas catacumbas.
Así que eso hicimos. Las hemos explorado de cabo a rabo, sin encontrar más que pequeños estorbos. Varios de esos engendros creados en el estanque, y una vargouille. Min vaporizó en una oleada de poder divino a unos cuantos zombis atrapados en unos primitivos pozos. Pero por lo demás pudimos recorrerlas sin más incidentes. ¡Aunque no se puede decir que sea un lugar agradable! La primera impresión desagradable vino al encontrarnos con lo que sin duda era una prisión. Después las cosas empeoraron.
Junto a una fascinante biblioteca –de la que desgraciadamente no quedaba ni un ejemplar medianamente en condiciones de ser leído-, había más celdas que contenían los restos de individuos mutados de forma horrorosa. Todos pensamos en Koruvus en ese momento. Pobres desgraciados que habían tenido que sufrir semejante experimentación mágica…
De todas formas, conseguí recuperar un pergamino intacto entre todo el revoltijo de libros destrozados. ¡Un auténtico conjuro thassiloniano, con miles de años de antigüedad! Da lástima usarlo; en el momento en que lo memorice, el pergamino, con toda su antigüedad, será reducido a cenizas.
Aunque no todo es horrible aquí abajo. Hay también una cámara fascinante, con un efecto de levitación permanente, donde he encontrado más muestras de magia thassiloniana. El lugar es fascinante, y el efecto de levitación estupendo, realmente sería un lujo poder preparar ahí los conjuros. Es una lástima que los sosos de mis compañeros no hayan querido probarlo. ¡Cómo si se tuviera una oportunidad así todos los días…!
En todo caso, al final nos hemos decidido por “agotar” el poder del estanque impío produciendo más monstruos. ¡Esperemos que la preocupación de la brujita por ese estanque se deba a que reactivarlo de nuevo sea complicado y no a que cuando quede “seco” explote en una imitación de una tormenta de meteoros!
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