Este texto apareció originalmente el Elves of Golarion de la línea Pathfinder Companion, y la traducción es obra y merito de Iridal, y no ha de verse como un sustituto del original si no como un complemento para los hispanoparlantes aficionados a Pathfinder.
La cultura élfica es tan antigua y estratificada que cualquier motivo de celebración o duelo puede ser conmemorado en cualquier día. De modo que más que respetar días sagrados, los elfos han llegado a tratar su vida como una continua celebración y despertar de los goces y contratiempos que definen incluso una vida existencia inmortal.
Los elfos viven en lugares silvestres, y aunque poseen un altísimo grado de cultura, también cultivan lo natural en su arte y manierismos. Se esfuerzan por armonizar con la naturaleza y el entorno local. Plantas nativas son usadas para elaborar comida, medicinas, tintes, y componentes mágicos, y sus prendas de vestir incorporan con frecuencia (y en ocasiones consisten en) flora local. El honor es una parte enorme, aunque sutil, en la vida elfa. Los dictados del honor se encuentran tan arraigados que pocos hablan de ellos, pero todos ellos son tenidos en cuenta.
Exploradores y magos
Los elfos tienden hacia las clases de explorador y mago, dado que esas profesiones representan las fortalezas élficas, como es la atención al detalle y el vínculo al mundo natural.
Los exploradores constituyen el grueso de las fuerzas militares élficas, a menudo resolviendo problemas a desde una distancia, en la forma de hacer típica de los elfos. Suelen domesticar y valerse de la ayuda de halcones, gavilanes y pequeños animales del bosque para una gran variedad de tareas, algunas bastante mundanas. Los exploradores elfos de Kyonin normalmente se sienten como en casa en sus asentamientos dispersos, así que viven en pueblos y ciudades, en la delgada línea que separa naturaleza y la civilización.
Los magos son altamente respetados, y no sólo por su sustancial poder. En una raza de vida longeva y de intereses a largo plazo, la magia arcana es el pináculo del estudio y la concentración. Los elfos más ancianos a menudo son magos, y sus opiniones y perspectivas son tomadas en cuenta muy seriamente cuando uno se digna a hablar sobre un tema. Dado que sus comentarios son también a menudo crípticos a una manera oracular, los jóvenes elfos no siempre saben si han recibido un consejo de sus mayores.
El arte del hechicero es a menudo considerado una excentricidad en la sociedad elfa, una práctica más adecuada para las razas de vida corta. La magia funciona tan claramente de acuerdo a principios complejos, pero comprensibles, que la elección de no seguir estos principios, aunque ciertamente es posible, parece inferior, como negarse a utilizar la herramienta apropiada para la talla de madera a pesar de que se encuentra justo enfrente de uno. La longevidad de los elfos afecta a esta percepción, ya que un mago asistente puede vivir para tener un millar de hechizos en una biblioteca de libros de conjuros, mientras que un hechicero de la misma edad y poder sólo conoce unas pocas docenas.
Obviamente, algunos elfos individuales tienen cierto don para la magia innata, pero elegir trabajar con sólo un puñado de conjuros instintivamente lanzados cuando hay otra opción viable claramente superior es considerada por el elfo medio como algo totalmente estrafalario.
La iluminación
La iluminación es un aspecto a menudo discutido pero rara vez explicado de la vida elfa. Ya en su infancia, la mayoría de los elfos comienzan a buscar un entendimiento claro, estático y semidivino conocido como la Iluminación. Esta búsqueda de hecho es una de las razones por las que los elfos viajan tanto, aunque hay quien considera que el viaje físico es innecesario y que la Iluminación puede ser encontrada en análisis introspectivos. Los buscadores buscan signos y una guía personal que les conduzca hasta la revelación; aquellos cercanos a la Iluminación a menudo experimentan una buena fortuna sobrenatural y se ha conocido que hay quien se ha sobrepuesto a la muerte para encontrarla.
La naturaleza de la iluminación varía para cada individuo, pero todos los elfos que abrazan esta filosofía creen que ésta será obvia una vez que haya sido hallada. Algunos elfos que la encuentran, de hecho, nunca son capaces de verbalizarla. Unos pocos recurren a lo que parecen simples aforismos, como “La paz es conocimiento” o “Todo cambio supone un crecimiento”, pero son representaciones inadecuadas de la verdadera experiencia de la iluminación.
El cambio en el comportamiento de un elfo es el verdadero indicador de la Iluminación. Aquellos elfos que la han descubierto muestran una serenidad imperturbable, se enfrentan al horror y la muerte con la misma calma que si estuvieran leyendo un buen libro. Los elfos no han alcanzado la perfección en este estado, pero la imperfección parece ser menos que una carga, con los elfos iluminados se esfuerzan menos, pero trabajan más.
Ayudar a los amigos se convierte en algo fundamental, y los dictados de honor dejarán de ser un conflicto. Algunos elfos dedican años para tratar de encontrar la Iluminación; a lo largo de la vida, algunos van tan lejos como para coger niveles en la clase de prestigio Buscador de la Iluminación.
Honor
El honor élfico tiene poco que ver con la batalla, los derechos de propiedad, o incluso la moral personal, y tiene todo que ver con la amistad. Honor para un elfo es mantener su palabra, el cumplimiento de todos los tratos, el apoyo a la familia y los amigos, y la búsqueda y seguimiento de la orientación divina.
Cultivar amistades es el súmmum del honor élfico, de modo que eligen a sus amigos cuidadosamente, pudiendo asociarse de buen grado con otro individuo durante décadas antes de llamarlo “amigo”.
Las obligaciones honoríficas de la amistad se encuentran separadas de las debidas a la familia. Los elfos más sabios a menudo cuentan a los miembros de su familia entre sus amigos, pero existe un conjunto diferente de obligaciones sociales, ésta última posiblemente subordinada al deber para con los amigos. Después de todo, el árbol genealógico de un elfo es muy grande, y puede propagarse a través de mundos. Los amigos están cerca, y son vitales para la vida, la alegría, y la supervivencia.
Engañar a un amigo por cualquier razón no es honorable. En el mundo elfo, tan amante de la libertad, forzar la voluntad de un amigo es también tremendamente vergonzoso. Así como sería un acto ineficaz e insultante lanzar un conjuro de dominación sobre otro elfo, ningún elfo trataría de hacer cambiar el comportamiento de un amigo diciéndole qué hacer. A menudo rodean esta cuestión respondiendo lo que harían ellos en esa situación o lo que otros han hecho en el pasado, pero la mayoría tratan de limitar su ayuda a un mero papel informativo en lugar de dar consejos directamente, excepto cuando se les pide consejo o ayuda.
Los miembros de otras razas acusan a los elfos de hipocresía, dado que estas dos tendencias tienden a colisionar: ¿no sería incorrecto dejar que un amigo se cayera por el borde de un acantilado cuando el elfo podría intervenir? Esto puede ser una difícil decisión para un elfo. La preocupación del elfo puede parecer como observaciones despreocupadas a un no elfo. Una frase como: "Si esperas y reconsideras tu acción, puedes ver un punto de vista diferente," es el argumento más fuerte que la mayoría de los elfos darían en asesoramiento a un amigo sin ser previamente preguntados. Afortunadamente, la simple presentación de la información no está vinculada por los códigos de honor, y un elfo que nunca podrían pensar en ofrecer consejos podría exponer suficiente información, obviamente bajo una luz negativa, para que el destinatario inmediato pudiera replantearse sus acciones. En general, cuando un elfo habla, la razas efímeras harían bien en escuchar.
Rivalidades y venganzas
Aunque pueden enfadarse a veces, es difícil que un elfo llegue a estar enfadado a extremos asesinos, y la baja densidad de población en Golarion genera cierta solidaridad racial. Eso no significa que no haya divisiones entre los elfos, sin embargo. No obstante, cuando los elfos luchan contra los de su propia raza suelen ser conflictos a pequeña escala y personales. En muchos casos, esto se desarrolla en una forma de rivalidad llamada “ilduliel”, que se puede traducir crudamente como “Némesis”.
Una vendetta empieza cuando un elfo percibe un insulto, sea intencional o no, e informa a otro que ha sido tomada una ofensa. Un ilduliel busca denegar al rival aquello que él o ella más desea, y reclamarlo en cambio. Así, los ilduliel aprenden los deseos de su rival, y emplean mucho tiempo investigando las vidas de los otros, pergeñando vejaciones a cada paso.
Es fundamental que el enemigo sepa que el ilduliel ha logrado su objeto de deseo, de modo se dejan símbolos o marcas en la escena de la derrota, para permitir a cualquiera pero especialmente al enemigo, conocer dicha pérdida. Múltiples ilduliel pueden unirse a una venganza, pero la intensidad de la planificación hace difícil centrarse en los objetivos de múltiples objetivos a la vez. A veces uno de los elfos que participan en la venganza acaba frustrado lo suficiente como para exigir una solución inmediata a través de un duelo con hojas élficas, pero esas resoluciones se consideran menos satisfactorias y honorables por ambos lados que desmoronar lentamente la vida del otro ladrillo por ladrillo. La sangre es derramada con rapidez y con igual rapidez olvidada, pero si el ilduliel puede arruinar la relación romántica del enemigo, engañarle para que actúe con deshonor, o alcanzar el otro principal objetivo del otro en su vida, las cicatrices son mucho más lentas de curar.
Las venganzas élficas raramente duran más de un siglo, dado que el tiempo lava el deseo de un elfo por la venganza. En algunos raros casos, una venganza termina con los ilduliel llegando a ser amigos íntimos, dado que emplear varios cuentos de años en conocer al otro íntimamente puede fomentar un sentimiento de parentesco. Más a menudo, sin embargo, los elfos simplemente dejan decaer el asunto, posiblemente impulsados por ver una señal, como por ejemplo un nuevo crecimiento en un tocón en descomposición, o una hermosa puesta de sol ardiendo a través de las nubes.
Artesanía
Los elfos son consumados artesanos. Tienen la capacidad de esperar y centrarse durante décadas para perfeccionar en exquisitas artes un don natural, y lo normal es que un elfo haya dominado varias disciplinas y diferentes formas de expresión artística en su vida. Los elfos son particularmente conocidos por su maestría en la elaboración de espadas y armaduras, en la cartografía, herboristería, confección, música, carpintería, perfumería, cosmetología, uso de tintes, y expresiones artísticas como la poesía o la composición de canciones.
La mayoría de los elfos desprecian el trabajo de la forja o la minería, a pesar de que disfrutan trabajando con plata y cristales, de modo que comercian con enanos y humanos para obtener las materias primas. Los artesanos élficos hacen de sus habilidades su medio de vida cuando viven entre otras razas, transformando productos básicos en obras de arte.
Arquitectura
La arquitectura élfica aúna una composición de temas naturales y suaves y elegantes líneas que parece extrañamente ajena a otras razas. Aunque los edificios élficos se pueden encontrar en todos los ambientes, desde los acantilados del desierto a las aldeas sembradas de algas marinas en el lecho del océano, la mayoría de los elfos de Kyonin viven en el Bosque Fierani, con sus estructuras entretejiéndose alrededor de los árboles, como si hubieran crecido allí. En las raras ocasiones en que los elfos se dignan a construir una verdadera ciudad, logran algo deslumbrante, con resplandecientes torres opalescentes y extrañas avenidas enlazadas, todo ello construido con el fin de complementarse con el paisaje circundante.
Nacimiento
Los nacimientos son raros entre los elfos, así que cada nacimiento con éxito es todo un evento para toda la comunidad. Las celebraciones a menudo se prolongan durante semanas, conforme los miembros de la comunidad dan su bendición y regalos para asistir en el cuidado y crianza del niño. Se consultan oráculos y adivinaciones diariamente a través de todo el embarazo, y la información obtenida determina el nombre del niño y su educación durante el primer siglo de vida.
Convenciones en nombres
La mayoría de los elfos tienen cuatro nombres: uno personal o nombre de pila; uno secreto o nombre íntimo conocido normalmente sólo por los padres, hermanos, amantes o sus parejas e hijos; un nombre cotidiano (un apodo que la mayoría de los elfos eligen para sí mismos con firmeza, para así no tener que cargar con uno que les disguste); y un apellido.
Los nombres son casi siempre polisilábicos, generalmente con una métrica yámbica y, a veces, con una rima interna. Sin embargo, para confundir la cuestión, los elfos pueden llevar el nombre de sus antepasados o bien de héroes élficos de uno u otro sexo, lo cual guía a un sistema de nombramiento tradicionalmente transversal en cuanto al género. Esto no conlleva ningún estigma, dado que los elfos están familiarizados con su propia historia y reconocen las alusiones. Un elfo rara vez menciona más que su nombre cotidiano en presentaciones informales.
Muerte
Los elfos ven muertes violentas a menudo en su larga vida y se endurecen ante ella, pero sigue siendo algo fuera de su consideración personal, salvo en las situaciones más crudas. Pocos prestan mucha atención a la eventualidad de la muerte más allá de la violencia, ya que es un destino tan lejano o un tema totalmente evitable (dado que muchos elfos ancianos simplemente viajan a otros mundos o planos, y nunca se vuelve a hablar de ellos).
La mayoría de los elfos creen en la reencarnación como criaturas naturales: aquellos que mueren pasan a ser animales su próxima vida, que luego a su vez retornan de nuevo como elfos. Los elfos que no pueden contar a Pharasma sobre su Iluminación deben someterse a un largo ciclo de renacimientos, a veces en forma de monstruos, antes de su regreso como elfos. Dada su baja tasa de natalidad, los elfos entienden que podría haber una larga espera en el Cementerio de Huesos; de hecho algunos creen que los semielfos pueden ser parte del ciclo de reencarnación élfico y que su reproducción más rápida puede impedir una tediosa espera entre vidas, pero la mayoría de los elfos se burlan de esta idea.
Los elfos disponen de sus muertos según creen que el muerto podría apreciarlo más, dada su historia y experiencia. Algunos descansan en criptas y tumbas subterráneas, otros están sellados en el interior de troncos de árboles antiguos, y otros se dejan descansar bajo tierra con un árbol plantado sobre ellos. Cremación, entierro en el mar, y entierro aéreo (dejando el cadáver en la cima de una montaña), son opciones menos comunes, pero observadas de vez en cuando. Cuando no se dispone del cuerpo, un objeto creado por el elfo fallecido se utiliza como un sustituto durante los largos días que duran los ritos funerarios, durante los cuales amigos y familia cuentan historias del difunto.
Lenguaje
Cuando se pronuncia con el acento adecuado, aquellos de espíritu poético dicen que el idioma elfo se suena como plata fluyendo a través de una cuerda de arpa. Según los puristas, incluso aunque la mayoría de los no-elfos no pueden pronunciarlo bien, la mayoría de las razas humanoides con cuerdas vocales pueden hacer una imitación aceptable. El idioma élfico comparte con el silvano su alfabeto, y se pueden ver similitudes básicas dentro de escritos druídicos. Las gramáticas de cada idioma en particular son sin embargo diferentes, lo que conduce a los estudiosos a pensar que los tres idiomas tienen diferentes fuentes. Tanto el silvano como el druídico toman palabras en préstamo y la estructura de sus oraciones del élfico.
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