miércoles, 18 de agosto de 2010

El Paladin ese Gran Desconocido

El paladín es una de las clases que menos se llega a usar, y con motivo pues seguramente sea la más especial de todas las clases básicas, pero una de las que mas dan que hablar. Este artículo, inspirado por la traducción de Asmodeus que he colgado estos últimos días, pretende echar un vistazo a cual es la visión que tengo del paladín (después de todo es de lo que van los artículos de opinión y no de sentar cátedra) y cuales son los mayores problemas a que se enfrenta la clase.



¿PALAQUÉ?

Lo primero que deberíamos preguntarnos sobre el paladín es precisamente que es un paladín. Siempre es difícil definir una clase de personaje puesto que es una batalla de compromiso entre la versatilidad de conceptos que debe tener toda clase básica y el concepto que la hace ser como es. Así que veamos que sacamos yendo por partes.

Primero, el termino paladín tiene un origen histórico claro que procede de los Doce Pares de Carlomagno, el cual a su vez es una derivación del termino romano “palatinus” que venía a ser un alto cargo parecido al de chambelán para los emperadores. Seguramente sea por este origen que relaciona a los paladines en D&D, y la ficción en general, con el arquetipo de caballero andante (que viene a ser la imagen que nos ha llegado de los Pares y de, su más famosa contrapartida, los Caballeros de la Mesa Redonda).


Segundo, D&D los orígenes del paladín los encontramos en una breve aparición en el Supplement I – Greyhawk de OD&D como una subclase de hombre de armas antes de pasar a su más clásica encarnación de luchador sagrado, y con esto me refiero a poderes divinos, con la primera edición del AD&D.

Teniendo en cuenta esto creo que ya podemos dar una definición aproximada. Un paladín sería un guerrero sagrado que ha sido elegido por una deidad por ser un epitome de los conceptos de bien y justicia, para luchar por ellos. Hay un par de cosas en esa frase anterior que creo que hay que resaltar:

La primera es el uso del término guerrero en lugar de caballero. Si, el paladín es una clase con una gran influencia en el arquetipo de caballero andante medieval y, no en menor medida, de los caballeros templarios. Pero esto es más algo circunscrito al arquetipo de héroe romántico de la Edad Media que a parte del concepto adoptado. Así pues aunque un paladín suela ser de corte caballeresco dado las ambientaciones en que se suele jugar en D&D NO es ni de lejos una característica de la clase (como no lo es que los guerreros respondan al arquetipo de mercenario medieval).



La segunda es el hecho de que un paladín es elegido por un dios, no un servidor de este, algo que tiene muchas ramificaciones. Esto es importante, por un lado por que tumba el concepto de las órdenes de paladines (que son tan coherentes como las ordenes de hechiceros, en las que entrenando en ellas te conviertes en hechicero). Por otro deja claro que el paladín no ha de ser un religioso dedicado, es más incluso puede no adorar ni conocer al dios del que recibe sus dones. Esto es lo que diferencia realmente al paladín de un clérigo, y no el que combata mejor y conjure peor, y lo que hace que el paladín tenga un código tan estricto al contrario que el clérigo, puesto que cuando deja de ser un epitome de esos dos conceptos elimina la razón para atraer la atención del dios.

MALENTENDIDOS RECURRENTES

Hay varios malentendidos recurrentes con los paladines, y que son la autentica razón de este artículo. Veamos que me escuece con el paladín:

El paladín es legal y bueno: Totalmente falso, el alineamiento no funciona a partes aunque este compuesto por dos ejes, un legal neutral no ve la ley como un legal bueno o un legal malvado. Para un paladín la ley no tiene mayor relevancia que para otro cualquier legal bueno, lo que un paladín defiende es la JUSTICIA (y no creo que a estas alturas de la vida tenga que explicarle a nadie la diferencia entre justicia y ley).


Este concepto también es el responsable de representar a los paladines como celotes prácticamente descerebrados que aparentan ser más caballeros legales neutrales con ordenes de defender el bien que legales buenos ni de lejos.

Podría estar hablándoos de muchos puntos que generan malentendidos basados en este punto, pero en vez de daros la brasa desglosándoos creo que os dejaré pensando en ellos, que es lo importante.

El objetivo del paladín es matar a los malvados: Totalmente falso, el objetivo del paladín es erradicar el mal y defender a la justicia, no provocar carnicerías y actos malvados para matar a malvados (que no tienen por que hacer el mal). Quizás os parezca que erradicar el mal es lo mismo que matar malvados, pero los malvados NO son el mal, si no lo que sus acciones provocan. Un paladín no debería tener reparos por matar en un mundo violento, pero no lo hará de forma gratuita, ni matara a guardias que solo hacen su trabajo para llegar a un villano, ni matara a malvados por el simple hecho de hacerlo, ni matara a villanos que se rinden y mucho menos matara cuando hay posibilidades de redención, encarcelamiento, etc…


Este punto, al igual que el anterior, tiene muchas ramificaciones que dejo a vuestra imaginación.

Un paladín se rige por un estricto código de conducta: Parcialmente falso. Es cierto que un paladín tiene un código de conducta (un código autoimpuesto, no creado por un dios o una de esas ordenes de paladines que en realidad son de caballeros), pero si volvemos a revisar el punto de legal bueno vemos que no tiene el menor sentido atarse a unas normas fijas, sobretodo en asuntos humanos. Así pues aunque hay un código de conducta este es más una serie de directrices y observaciones que algo rígido que le ata.

Por ejemplo el clásico del paladín que es un fastidio para el grupo por que no puede mentir ni siquiera disfrazarse, no tiene el menor sentido. Un paladín debe ser fidedigno y veraz, por supuesto, pero esa no es razón para evitar el subterfugio como estrategia (y este punto en concreto lo arrastra de su herencia de caballero).

Así pues ¿Cuál es el límite entre la mentira admisible y la inadmisible, entre la acción admisible y la inadmisible? Algo que no debería faltar con ningún paladín (y en mi opinión ni siquiera en ninguna partida) pero que se suele ver muy poco en mesa, el dilema moral. Un paladín siempre camina sobre la delgada línea que separa el vivir en un mundo práctico y el idealismo.


Tenía pensado añadir unas conclusiones, pero creo que el artículo ya se ha extendido, demasiado quizás, y que esas conclusiones serán mejores si las extraéis vosotros personalmente a partir de esta reflexión. En cualquier caso espero que os haya servido para algo este artículo de opinión.

10 comentarios:

melassta dijo...

Muy buen articulo, compañero, muy buen articulo.
Da una visión muy amplia del Paladín, y es de agradecer, puesto que, al menos en mi grupo, es de las clases más maltratadas...

WilliamDarkgates dijo...

Muy buen articulo, das una clara visión de lo que deberia ser el paladín. Yo no lo había visto así por que estaba realmente influenciado por el concepto de paladín-Caballero. En cuanto a su relación con el alineamiento, podria entonces el paladin tener otros alineamiento, con excepción de los malvados? Esta idea que expresas tambien, hace que el paladín sea un tipo más practico, y cercano a un filosofo en cierta medida.

Lo que yo concluyó es que el paladín es la encarnación de unos valores e ideales. :) Y que hay tratar de llevarlo asi en mesa

Juglar de Oz dijo...

Gracias por los animos.

En cuanto al alineamiento del paladin, si, lo cierto es que un paladin (si va a ser clase basica) deberia estar enfocado a la personificacion de unos valores concretos con suficiente importancia en el mundo. Y eso deberia incluir a los malvados. Pero para eso se necesitaria una clase paladin diferente, mas flexible (que ahora que me das la idea igual me animo a hacer).

WilliamDarkgates dijo...

:)vale, me alegra, esperaré con ansia para leerlo. :)

Ferran Torta dijo...

Por favor, no te cortes y explícanos tus conclusiones finales, que me has dejan con al baba en la boca :P

Juglar de Oz dijo...

Juaz, si que veo que tienen exito los paladines. Bueno pues prometo ponerme una segunda parte en pendientes a ver para cuando puedo hacerla xD

Lobo de piedra dijo...

Citando a Melassta, Muy buen articulo si señor. Has conseguido plasmar muchas ideas que ha mi me corrían por el cerebro pero no podía cristalizar. Con tus ideas se fija el concepto de Paladin respecto al de caballero (que son bien diferentes). Lo único en lo que no estoy de acuerdo es en lo de retirarles la obligación de alineamiento legal-bueno (porque entonces nadie lo va ha llevar!!)
Por favor esa segunda parte.

Unknown dijo...

Interpretar a un paladín puede ser algo muy bonito en según qué juegos, en el Dungeons 3.x puede llegar a ser un castigo. A mí siempre me ha gustado llevar personajes adalides de la justicia incluso por encima de leyes crueles y déspotas, y si en la tercera edición los paladines hubiesen seguido igual que en la segunda... muchas veces habría elegido esa clase.

Pero qué pasa, que para mí esa clase en la 3.x es una decepción en cuanto a que pierde poder con respecto a las demás por todas partes, lo que pierde de Guerrero (aptitudes exclusivas de Guerrero y dotes) intentan que se gane con habilidades que a la postre son pírricas (lo del impulso sagrado es de risa).

En conclusión, puedes interpretar de fábula a un paladín pero luego en partida cuando lanzas los dados y pegas espadazos... te toca correr porque eres un blandengue que sueles caer a las primeras de cambio. Prefiero interpretar a un Guerrero Neutral-Bueno haciendo ver que es un Paladín ¿Dónde quedó ese Palata de la segunda edición, que daba miedo llevarle la contraria?

AOH/Rasczak dijo...

Pues yo soy de la opinión de que precisamente los paladines son por definición legales. La segunda parte del alineamiento es la que puede variar.

Todos los paladines mantienen un sistema de creencias muy claro sobre lo que es el bien, el mal y la neutralidad, que desciende de su creencia en una divinidad (que a la sazón es quien les da en parte su poder). Esa creencia revierte en la creación de un patrón de normas de conducta, no necesariamente una ley, pero tampoco cercanas al concepto de justicia. ¿Por qué? Porque ni siquiera lo que es justo es bueno siempre. Un paladín que defienda exclusivamente la justicia puede acabar amparando a malvados, porque en un caso determinado lo que es justo es precisamente lo que beneficia al malvado (por ejemplo, evitar la ejecución por robo de alguien que a la sazón es un asesino en serie de niños, aunque no se le pille por esa razón).

Dicho a las claras. ¿Por qué es legal? Porque tiene unas normas de conducta y comportamiento, como en su día lo fue el ideal caballeresco. Que esas normas no coincidan con la legislación vigente no evita que el personaje sea legal, porque el alineamiento legal no significa que sepa las leyes al dedillo y las aplique a rajatabla, sino que sigue unas normas claras y bastante predecibles. En el caso del paladín suele ser el credo de su religión, que seguramente no tiene validez legal pero no por ello unas normas morales son menos válidas (ni menos restrictivas).

Es más fácil de entender cuando se contrapone a lo caótico. ¿Qué hace un caótico? Lo que sea necesario y le de la gana. ¿Qué normas sigue un caótico? Ninguna en especial, sólo lo que más le convenga en cada momento incluso si eso implica usar la ley a su favor. Si un ladrón aporta pruebas de los actos de otro ladrón con el que compite, para que lo trinquen y lo encarcelen, estaría usando la ley sin ser precisamente legal.

En el caso de un paladín es exáctamente lo mismo. ¿Un paladín puede saltarse las normas? Por supuesto. Uno puede considerar que aunque su conjunto de creencias le impida mentir y matar, mentir haciéndose pasar por otra persona le puede llevar a acercarse a algún caudillo psicópata para el que no existe redención y entonces matarlo. El resultado final es bueno, incluso justo. Pero no es acorde al sistema de creencias y por lo tanto no es precisamente legal.

¿Debe entonces el paladín mentir y matar? Según su sistema de creencias, la respuesta es un rotundo NO. En el caso planteado antes, un paladín estricto intentaría entrar por la puerta de delante, incapacitando sin matar y luego encarcelaría al tipo.

Entonces. Puede pero no debe, lo cual nos lleva a la siguiente pregunta. ¿Es factible ser legal? Si nos ponemos estrictos no, pero ahí reside la gracia.

Un paladín es un personaje que siempre está en el filo de lo que puede, lo que debe y lo que es necesario hacer. Eso lo convierte en una clase muy adecuada para presentar conflictos internos e interpretar, ya que muchas veces las aventuras lo ponen en aprietos.

Un paladín que no está atado a un código de conducta (y por tanto, es legal) es poco más que un guerrero con pretensiones de iluminado.

Esto, a su vez, abre un camino a paladines neutrales o malvados, claro...

Axel Castilla dijo...

Interesante toda esta reflexión.

Aunque no veo por qué, realmente, un paladín no puede adorar ni conocer a "su dios". La noción de "monje y caballero" no fue simple ficción, y tampoco son tipos que se excluyan necesariamente.

También, por si no la has visto –y aunque por razones de reglas/clases separas netamente los conceptos "paladín" de "caballero"–, te comento que al menos una de mis entradas de G+ del 11 de Enero de 2012 guarda relación con el tema: "Caballero. Entrada de Diccionario de los Símbolos (Jean Chevalier - Alain Gheerbrant)"

Saludos