martes, 31 de agosto de 2010

Lack, 1ª parte

Esta es la primera parte de tres de la traducción del relato introductorio del manual básico de Eclipse Phase, “Lack” (Carencia), traducida por Albertorius y publicada con su permiso. Lack esta licenciado bajo Creative Commons License Creative Commons Attribution-Noncommercial-Share Alike 3.0 Unported License por Posthuman Studios. La traducción esta licenciada bajo Creative Commons License por Albertorius.


-¿Qué fecha es?
Las palabras clavaron sus garras en mis nuevas cuerdas vocales y salieron a rastras de mi seca garganta. Mi dicción es predeciblemente mala, como lo es siempre durante los primeros minutos después de un reenfundado. El timbre de la voz es evidente a pesar de la mala dicción y el balbuceo. Definitivamente un biomorfo, y mi último sexo es femenino. Todo esto lo descubro en los primeros segundos. El modelo se me escapa en estos momentos, pero lo sabré con certeza pronto, una vez que sea capaz de moverme como quiera. Mi primera apuesta es otro morfo Furia.
La camilla está fría. Nada más que metal congelado con una crujiente tela sintética enrollada a su alrededor. Alojamiento típico de una casa de muñecas corporativa. El frío atraviesa mi piel y se asienta en mis huesos.
Un mascador cortical aparece sobre mí, moviendo su luz de “bienvenido de vuelta” de lado a lado, posándose ocasionalmente en mis pupilas. Su rostro atildado y aburrido habla: -Consciencia confirmada.- se apaga la luz. Mi pregunta debería haber dejado en evidencia que estoy de vuelta, pero el tío es un esclavo del procedimiento. Todos los son. A los bancos de cuerpos corporativos les gusta que sus empleados estén paralizados por la obediencia, incapaces de pensar por sí mismos. Balbuceo de nuevo la pregunta. -¿Qué fecha es?
-11 de marzo.
-¿Cuánto desde la Caída?
-¿Estás de coña?
Trato de obtener los datos a partir de los insertos de malla de mi nueva carcasa antes de abrir de nuevo la boca. No hay suerte. Siempre resulta humillante preguntar a un técnico de carcasas el año. Me hace sentir como un aficionado, pero sin lugar a dudas hay circunstancias atenuantes, así que le presiono. Fuerte.
-Responde a la puta pregunta.-
La babosa corporativa me mira como si estuviera chiflado antes de responder.
-Eh… 10 DC. No has estado fuera tanto tiempo. Tu último backup fue…-
Echa un vistazo a sus entópticos en busca de la información.
-… hace 14 días y 7 horas.-
Tarda un segundo en prender, pero cuando lo hace, duele. Cuando me desaparece tiempo siempre me causa una conmoción. Dos semanas. Desaparecidas. Completamente borradas de mi existencia. Hace dos semanas había otro yo, enfundado en otro morfo. Hubo una misión, y me llevó a la muerte. Eso es todo lo que sé. O Firewall no consiguió recuperar mi pila cortical de mi cadáver para que pudiese recuperar esas dos semanas, o los hijos de puta decidieron eliminar ese tiempo de mí. Sin embargo, siendo sinceros, las dos opciones son preferibles a que haya otro yo triscando por ahí, haciendo quién coño sabe qué. A algunos t-humanos les encanta tener varios “yoes” dando vueltas por todas partes, pero yo mantengo a raya mi ego. Un único Sava ya es suficiente miseria que soltar en el universo.
Mierda. Mi cerebro comienza a dar vueltas por territorio idiota; siempre lo hace los primeros momentos después de un reenfundado. Necesito un contexto físico. Algo tangible sobre lo que centrar mi atención. Me llevo las manos frente a los ojos, y mis brazos parecen sacos de piedras de dos toneladas. Los dedos son largos y delgados; los nudillos llenos de callos, con cicatrices y desfigurados. Evidentemente resultado de muchos puñetazos, puños acertando a mandíbulas, metal, carne. Un morfo Furia muy usado. Recibes lo que pagas, supongo; o lo que Firewall está dispuesto a pagar. ¿Por qué lo hago? En lo que respecta a la organización, soy poco más que un instrumento de precisión barato, que se mete en el reciclador cuando se rompe. Siempre habrá más de mí, hasta que los horrores sean demasiado intensos, hasta que los archivos se corrompan demasiado, hasta que sepa demasiado y Firewall decida deshacerse de mí, y luego otro imbécil dará un paso adelante para preservar la transhumanidad. Preservar la transhumanidad. Fantástico. ¡Ahora balbuceo como un bobo propagandista de Firewall! Mis brazos se debilitan y caen hacia mis costados. Sencillamente aún no tengo fuerza. Unos cuantos minutos más sin nada aparte de mis pensamientos.
Mientras sale de la sala de recuperación, el mascador cortical se ríe ante mis débiles intentos por moverme. -¿Qué prisa tienes?-, dice, -Relájate un poco, ¿quieres? Si te estampas contra el suelo, te vas a quedar ahí hasta que puedas levantarte tú sola. No me pagan lo bastante como para hacer de niñera-. Su frivolidad no mejora demasiado mi estado de ánimo, y regresa la melancolía.
¿Qué experiencias han dejado de formar parte de mi consciencia? Tal vez algo irrepetible. ¿Descubría la auténtica belleza? ¿Tuve una epifanía? ¿Salvé una vida? Nunca lo sabré. Esos recuerdos, esa vida, esa versión de mí, ha desaparecido. El nuevo yo, que yace en esta camilla, no ha sido nunca moldeado por esas experiencias. Mi pecho se hunde con el peso de la pérdida.
Tengo que pensar en otra cosa.
Que le jodan. Probablemente no hubo alegría, ni revelaciones. Fueron dos semanas de mierda. Estoy seguro. Acabé aburrido hasta la extenuación. Mejor aún, destrozado y sufriendo como consecuencia de una angustia de proporciones épicas. Mi muerte no tuvo sentido. Sufrí una sobredosis de Patada, y me quedé pataleando en el suelo en un frenesí acelerado hasta que me explotó el corazón. Algún ladrón de medio pelo Escoria me apuñaló en un corredor de una estación por algún RX de baja resolución del mercado negro. Me alegro de que me hayan borrado ese tiempo. Que lo jodan. Que les jodan. No necesito esas dos semanas.
Pero esos pensamientos son mentiras. Necesito esas dos semanas. No me siento completo sin ellas. Joder, me siento incompleto incluso sacrificando una hora. Tengo que saberlo.
Alguien debe saber lo que ocurrió. Sin duda. Tal vez un proxy de Firewall, Jesper probablemente. Esta vez era mi contacto. Eso lo recuerdo. El borrado podría haber sido cosa suya. Y los proxies tienen un gatillo fácil a la hora de borrarnos a los centinelas. Ni siquiera una reputación ganada a fuerza de sudor y sangre podría salvar mis recuerdos si Firewall considera que los resultados de una misión son demasiado delicados para que los posea un matón del círculo exterior como yo. Con tal de que se haga el puto trabajo. Con tal de que la transhumanidad persevere.
Vaya mierda de trabajo.
¿Cómo ha acabado mi vida, cómo han acabado mis vidas, así? Siempre en las manos de otros.
Otra vez el miedo, la paranoia. Tengo que librarme de ello. Tengo que darle el beneficio de la duda a la organización. He sido un centinela durante décadas. Quiero pensar que he salvado millones de vidas, pero sencillamente no estoy seguro.
¿Confío en la organización? No, pero tenemos un entendimiento, un cierto grado de respeto. Aunque según avanzan los años, y los agujeros se hacen más grandes y más frecuentes, comienzo a tener mis dudas acerca del empeño de Firewall por mi supervivencia.
De repente, mi musa se despereza, acabando con mis ensoñaciones. Varias presentaciones entópticas aparecen en mi campo de visión, pasando por rutinas de diagnóstico al activarse finalmente mis implantes de trama. La familiar voz femenina de Careza entra en mi mente.

Careza
Musa de Sava
[Bienvenido de vuelta, Sava]

El sonido es tranquilizador; como ser acunado por mi madre, o abrazado por una amante. La mejora armónica fue una inversión que mereció la pena. Careza ha aprendido a utilizarla bien. Rara vez pienso en mi musa como en una IA. Estos días es mi único amigo. Me pregunto si siente lo mismo. Nunca le he mandado ese pensamiento. Me lo guardo para mí. Tengo miedo de cuál pueda ser su respuesta.
Hey Careza. Me alegro de estar de vuelta.
[Sospecho que te vendría bien algo de beber]
Me conoces demasiado bien, Car. Mejor de lo que me conozco yo mismo.
[Hospitality tiene ya la petición. Tiempo de espera, aproximadamente diez minutos.]
Gracias. A Careza le gustan las conversaciones que tenemos cuando mi cerebro está ligeramente intoxicado. Siempre está tratando de que me emborrache.
[No hay de qué, Sava. Antes de que preguntes, han pasado dos semanas. No tengo ninguna información acerca de lo que sucedió después de nuestro último reenfundado. Actualmente nos encontramos en órbita alrededor de la Luna a bordo del Selardi IV. Estamos enfundados en un morfo Furia marca CoreCorp con mejoras menores. Se activarán pronto. Me alegra informarte que los Titanianos salieron victoriosos y ganaron la Copa.]
Mierda. Podría haber ganado un montón con esa. ¿Cómo iban las apuestas? Pero antes de que Careza pueda encontrar la información, cancelo la operación. No. Espera. No quiero saberlo. No hará más que irritarme aún más. Una energía nerviosa comienza a recorrer todo mi sistema y un grueso sabor familiar comienza a cubrir mi garganta. Necesito un cigarrillo.
[Sí, lo sé. El anterior ocupante de este morfo era un fumador empedernido. Es posible que sea difícil eliminar el hábito esta vez.]
Cada minuto que pasa me está gustando más y más este reenfundado. Odio fumar. El alcohol pase. Puedo aguantar el alcohol, pero fumar siempre hace que me sienta como una mierda. Cada vez que acabo reenfundado en un morfo con la adicción, lucho por desintoxicarlo. Careza continúa con su informe mientras trato de recuperar mi cordura ante un intenso deseo de nicotina.
[Tu @-Rep continúa intacta.]
Por fin buenas noticias. Al menos no cabreé a ningún aliado durante las últimas dos semanas.
[Sin duda. ¿Estás en un estado de ánimo adecuado para una actualización sobre Rati?]
Rati es mi pasión. La amante que considero por encima de todas. Desapareció hace dos años. Sin explicación. Aún me duele.
Pasemos de la actualización por ahora, Careza.
[Entendido]
Haz un escaneo de informativos. Busca algún incidente importante durante las últimas dos semanas. Tal vez haya alguna pista acerca de lo que hayamos podido estar haciendo.
Mientras Careza hace la búsqueda y continúa con su informe de situación normal, paso mi atención a la nueva funda. Por fin tengo fuerza suficiente para levantarme. Empujo el morfo hacia arriba y pongo los pies en el suelo. Espasmos me recorren todos los músculos. Siempre hace falta algo de tiempo para aclimatarse a un nuevo morfo. Por suerte, estoy familiarizado con el Furia de CoreCorp, ya me han enfundado en alguno en el pasado. Este me sienta como un par de zapatos viejos, un poco gastados y baqueteados, pero bien capaces de patear el pavimento si surge la necesidad. El tobillo izquierdo parece estar un poco delicado. Lo levanto un poco para echar un vistazo. Está un poco hinchado. Definitivamente no es un caso de disformia de nueva funda. Probablemente una herida molesta. Otra vez, una tocada de narices, pero te llevas lo que pagas, supongo. El nanotatuaje que rodea el bíceps derecho es basto y desagradable, incluso para los estándares de la Escoria: un serpentoide entero entrando en los genitales de una vaina de placer femenina, completamente animado. Un trabajo de mucha clase, por parte de cualquiera que decidiese grabar eso en el morfo. Odio las marcas identificativas, pero una vez más, si no te puedes permitir un morfo limpio, coges lo que haya.
Me deslizo fuera de la camilla, consiguiendo no caerme de bruces en el proceso, y compruebo cuidadosamente el tobillo. Duele, pero no va a hacer que me caiga.
Manda una petición para un parche, tobillo izquierdo. Bute debería valer.
[Fenilbutazon. Está en camino. Y el cóctel llegará en aproximadamente 30 segundos. No hay nada fuera de lo común en las noticias.]
Era de esperar.
-Pásame mi bebida, por favor-. Extiendo mi mano en su dirección sin siquiera confirmar su presencia. El hombre da un paso dentro de la habitación, demasiado cerca de mí, y me pone la bebida en la mano. Su aliento huele como algún tipo de salchicha pasada.
-No pareces nada mala bajo las sábanas, ¿verdad?- dice. –Eché un vistazo antes, pero debo decir que la camilla no te hace justicia. De pie, las curvas llaman realmente la atención. No es que tu cara sea nada del otro mundo, pero esas domingas…-
Le corto antes de que se me llene de bilis la boca. Es exquisito. Lo sé. Ahora cállate y apártate antes de que te arranque la piel de la cara y te deje inconsciente con ella-. Capta la idea y se escabulle de la habitación.
La verdad es que es un buen par.
[Si “buen” está definido, por sus proporciones, entonces diría que sí]
IAs, tan formales como siempre.
[Tu altura es aproximadamente 4 centímetros mayor de lo que permite tu propiocepción normal. Cuidado con la cabeza.]
Gracias por el aviso. Lo tendré en la cabeza.
[Eso ha sido malísimo.]
Ya, ya, lo sé. Una sonrisa acaba apareciendo en mi cara mientras las pullas con mi IA aligeran el ambiente. Mirándome al espejo, trato de ampliar la sonrisa, para tener una mejor idea de cómo es mi nueva cara. Muestro algunos dientes. Manchas de nicotina en todos ellos. Bebo un trago largo de mi cóctel, y muevo un poco el alcohol en mi boca. Puedo sentir cómo mi sangre reacciona de forma instantánea. Cierro los ojos y suelto un suspiro. Unos instantes de paz, es todo lo que pido.
[Tenemos un invitado, Sava] Mierda, no hay suerte.
¿Quién?
[Jesper, nuestro último proxy de Firewall, ha enviado una bifurcación de nivel beta de sí mismo. Muestra cierta impaciencia por hablar contigo.]
Conéctalo.
No pueden dejarme en paz, ¿verdad? Oficialmente, Firewall ni siquiera existe. Es por culpa de Rati que me echaron los tentáculos encima. Aquel lío en Marte. Allí es donde comenzó todo. La última vez que vi a Rati. Esos conocimientos sí me permitieron quedármelos. Pero, ¿por qué? Hasta aquel día, nunca me había dado cuenta de lo temible que era realmente el universo. No, temible no. Aterrador. No hay otra palabra para describir algo tan vasto, tan indiferente. Si la transhumanidad fuese aniquilada por completo, todo seguiría como siempre. Aterrador. No hay otra forma de explicar el sentimiento que tienes cuando te enfrentas cara a cara con cosas que están realmente más allá de tu capacidad de comprensión. Joder, ningún otro término podría encapsular las acciones que los transhumanos nos hacemos unos a otros, mucho menos lo que nos podrían hacer otros seres que acechen en el vacío. Tal vez fue por eso. Para enseñarme una lección. Para asegurarme de que nunca olvidaría, para que nunca dejase de ayudar a la organización, porque incluso el más leve atisbo de lo que hay ahí fuera en realidad es más que suficiente.
La bifurcación de Jesper se materializa en mi campo de visión.

2 comentarios:

WilliamDarkgates dijo...

Excelente relato ese. CAda vez me enamoro más de la ambientación y de la idea del transhumanismo. Vale, buena idea e iniciativa esperaré el proximo

Ferran Torta dijo...

Está fantastico. Me gusta mucho eso que el morfo tenga addiciones de su anterior ocupante XD

Muy ilustrativo del juego :P


Riley